Es una enfermedad que afecta a los pulmones a raíz de la invasión de agentes infecciosos como virus y bacterias y, en menor medida, debido a hongos y parásitos. Este trastorno, conocido también con el nombre de pulmonía, bronconeumonía y neumonitis, se produce por acumulación de exudados fibrinosos en alvéolos y bronquiolos pulmonares. Puede afectar distintas áreas de los pulmones. Si la infección asienta en un lóbulo pulmonar se habla de neumonía lobular, si es en el tejido intersticial neumonía intersticial y si sucede en los bronquios vecinos a los alvéolos se denomina bronconeumonía. Son susceptibles de padecer neumonía los bebés, las personas ancianas, las que padecen trastornos pulmonares, los inmunosuprimidos y los portadores del virus del sida. Es posible de ser adquirida tras la internación hospitalaria por otras afecciones, luego de unos días de haber ingresado (neumonía nosocomial). La neumonía puede ser una afección leve o grave, según se trate del microorganismo causal y del estado de salud del individuo. En personas débiles o de edad avanzada, suele presentarse luego de un resfrío o de una gripe. Los trastornos en la deglución posibilitan la aparición de neumonías por aspiración, al ingresar saliva o líquidos en las vías respiratorias.
SIGNOS Y SINTOMAS.
-Dificultad respiratoria (disnea)
-Tos
-Cuadros febriles
-Dolor torácico
-Cefaleas
-Inapetencia
Mediante un tratamiento adecuado con antibióticos y otros medicamentos, la mayoría de los casos de neumonía se controla al cabo de 10-15 días en el propio hogar. Los casos graves suelen requerir de hospitalización, cuidados especiales y terapia con oxígeno.
-No fumar
-Evitar los ambientes contaminados
-Los trabajadores expuestos a partículas contaminantes deben proteger sus vías respiratorias con barbijos apropiados.
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