Es el aumento de la presión de la sangre que circula por los vasos arteriales. La tensión arterial se mide en milímetros de mercurio. Durante la expulsión de sangre por el ventrículo izquierdo (primer latido cardíaco), la arteria aorta soporta una presión máxima en sus paredes. En la diástole ventricular, cuando el ventrículo recibe sangre de las aurículas, se produce una presión mínima (etapa de reposo del corazón entre latidos). En las personas jóvenes con buen estado de salud, la presión arterial máxima es de 120 mm Hg y la presión arterial mínima de 80 mm Hg.
La tensión está asociada a la cantidad de sangre que circula y al diámetro de las arterias. Cuanto mayor sea el volumen sanguíneo y menor el grosor de los vasos, mayor será la tensión ejercida por la sangre sobre las paredes arteriales. Si bien no se conocen las causas específicas que provocan la hipertensión arterial, existen factores de riesgo que pueden generarla, entre ellos:
-Obesidad
-Elevado consumo de alcohol y de tabaco
-Alimentación con alto contenido de grasas y sodio
-Vida sedentaria
-Estrés
-Antecedentes de familiares hipertensos
La hipertensión arterial también puede presentarse como consecuencia de enfermedades secundarias como alteraciones glandulares o endócrinas, insuficiencias renales, estrechez de los vasos sanguíneos, etc.
Una de las funciones que tienen los riñones es el control del líquido y de sales corporales, que influyen en forma directa sobre la tensión arterial. El aumento de sales de sodio produce mayor retención de líquidos en el organismo y consecuente ascenso de la presión arterial. Con el tiempo puede suceder que las dietas con mucho sodio provoquen estrechez en las arterias debido a la hipertensión arterial sostenida. No obstante, las personas sanas sin hipertensión arterial soportan cantidades importantes de sodio, ya que los riñones corrigen los parámetros a valores fisiológicos por medio de la renina, una enzima que funciona como hormona.
La hipertensión arterial puede no causar síntomas, o bien provocar mareos, cefaleas y sangrado nasal, en algunos casos. Es por ello la importancia de controlar la presión arterial en forma periódica y acudir al médico ante la sospecha de un aumento permanente de los valores normales.
PREVENCION.
-Evitar el sobrepeso
-Moderar el consumo de bebidas alcohólicas
-No ingerir dietas con mucha grasa ni sal
-No fumar
-Realizar ejercicios físicos, evitando la vida sedentaria
-Controlar la presión arterial en forma periódica, en especial a partir de los 40 años de edad.
La tensión está asociada a la cantidad de sangre que circula y al diámetro de las arterias. Cuanto mayor sea el volumen sanguíneo y menor el grosor de los vasos, mayor será la tensión ejercida por la sangre sobre las paredes arteriales. Si bien no se conocen las causas específicas que provocan la hipertensión arterial, existen factores de riesgo que pueden generarla, entre ellos:
-Obesidad
-Elevado consumo de alcohol y de tabaco
-Alimentación con alto contenido de grasas y sodio
-Vida sedentaria
-Estrés
-Antecedentes de familiares hipertensos
La hipertensión arterial también puede presentarse como consecuencia de enfermedades secundarias como alteraciones glandulares o endócrinas, insuficiencias renales, estrechez de los vasos sanguíneos, etc.
Una de las funciones que tienen los riñones es el control del líquido y de sales corporales, que influyen en forma directa sobre la tensión arterial. El aumento de sales de sodio produce mayor retención de líquidos en el organismo y consecuente ascenso de la presión arterial. Con el tiempo puede suceder que las dietas con mucho sodio provoquen estrechez en las arterias debido a la hipertensión arterial sostenida. No obstante, las personas sanas sin hipertensión arterial soportan cantidades importantes de sodio, ya que los riñones corrigen los parámetros a valores fisiológicos por medio de la renina, una enzima que funciona como hormona.
La hipertensión arterial puede no causar síntomas, o bien provocar mareos, cefaleas y sangrado nasal, en algunos casos. Es por ello la importancia de controlar la presión arterial en forma periódica y acudir al médico ante la sospecha de un aumento permanente de los valores normales.
PREVENCION.
-Evitar el sobrepeso
-Moderar el consumo de bebidas alcohólicas
-No ingerir dietas con mucha grasa ni sal
-No fumar
-Realizar ejercicios físicos, evitando la vida sedentaria
-Controlar la presión arterial en forma periódica, en especial a partir de los 40 años de edad.
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